Relatos y textos
Darío Ledesma
Nino Bravo y América
Una historia de amor correspondido

Los inicios de la trayectoria artística de Nino Bravo se remontan a las numerosas galas y actuaciones realizadas a lo largo de toda la Comunidad Valenciana durante la década de los años 60. Sin embargo, el éxito definitivo de su música comenzó al otro lado del Atlántico, después de lanzar en España (sin mucho éxito) cuatro singles cuyos ecos resonaron en Latinoamérica. El primer país en el que Nino Bravo alcanzó el número 1 de las listas fue Venezuela, donde "Te quiero, te quiero" arrasó en Octubre de 1970. El artista se desplazaría ese mismo mes a Caracas para realizar diversos shows en vivo y en televisión, tras su participación en el V Festival Internacional de la Canción de Río de Janeiro donde había alcanzado un meritorio cuarto puesto con "Elizabeth". Desde aquel momento, el continente americano fue, en palabras del propio Nino, el pilar fundamental sobre el que se desarrolló toda su carrera.
Su siguiente visita a Sudamérica fue en febrero de 1971, cuando se presentó como artista invitado en el célebre Festival de Viña del Mar (Chile). Allí interpretó tres canciones y, a pesar de la insistencia del público para que continuara su actuación, la ausencia de más partituras impidió que la orquesta pudiera acompañarlo en otros temas. Aun así, el éxito logrado en Chile y en Argentina fue el acicate para planear una gira mucho más multitudinaria, que tendría lugar entre el 29 de Septiembre y el 21 de Noviembre de 1971, y en la que visitó Chile, Perú, Colombia, Venezuela y Méjico acompañado por el maestro Manuel Gas, encargado de dirigir la orquesta de sus actuaciones.
En este viaje sucedieron diversas anécdotas dignas de mencionar. A las revueltas políticas de Argentina hubo que sumar los sismos en Chile y una polémica en Colombia que fue publicada por todos los diarios españoles. El 3 de Noviembre de 1971, la prensa se hacía eco de una noticia según la cual "Nino Bravo había sido retenido en Bogotá". Al parecer, los artistas extranjeros que actuaban en Colombia eran obligados a realizar una actuación gratuita en La Media Torta, un escenario público de la capital. Como la orquesta que debía acompañarlo se negaba a trabajar de forma gratuita, Nino se limitó a pagar una multa de 250 dólares para poder abandonar el país. "Me dijeron que con mi asistencia bastaba, pero el público no me esperaba para soltar un sermón sino para cantar. Yo no soy un señor de palabra, sino de canciones" declararía Nino Bravo al respecto. También en Colombia tuvo lugar un acontecimiento sorprendente, según las propias palabras del cantante: "Un señor me denunció en Bogotá. No quería que yo trabajara allí porque decía que yo era un falso cantante... que "Te quiero, te quiero" lo había grabado él en Madrid, pero que como no tenía "pinta", yo había prestado la imagen para el disco... Se hizo mucho follón, salí en la primera página de todos los periódicos, hasta que un día el señor desapareció misteriosamente...". A pesar de estos incidentes, la gira fue todo un éxito y sus presentaciones tanto en directo como en televisión fueron seguidas por miles de personas.
Los excelentes resultados de ventas de sus discos y la aceptación de sus canciones en América le incentivaron a participar nuevamente en el VII Festival Internacional de la Canción de Río de Janeiro, celebrado a finales de Septiembre de 1972. Nino Bravo se presentó con "Mi Tierra", una excepcional composición de Augusto Algueró que logró el primer lugar en la parte internacional del festival gracias a una soberbia interpretación. Sin embargo, por una irregularidad del jurado, el ganador oficial fue David Clayton-Thomas. "Lo importante en un festival de esta categoría es la promoción que se pueda sacar de él. Lo que me supo verdaderamente mal fue que no se dijera que Nino Bravo había empatado a puntos en la primera posición" dijo Nino Bravo al llegar a España.
La última visita de Nino Bravo al "nuevo continente" fue en Diciembre de 1972, acompañado por su conjunto, Los Superson, y Emilio Santamaría, padre de Massiel, quien ejerció como representante. El artista valenciano grabó en directo varios programas de televisión en Méjico y allí se encontró con Julio Iglesias, quien no tuvo reparos en presentarlo como "el mejor cantante de mi país y uno de los mejores del mundo".
Respecto a las ediciones de sus discos, es destacable el hecho de que su primer LP fuera publicado en distintos países americanos semanas antes que en España. Las grabaciones que llegaban del cantante español eran recibidas con expectación por miles de entusiastas de la música melódica. Los coleccionistas y melómanos saben apreciar las ediciones de Argentina, Chile, Colombia o Méjico por sus exclusivos diseños de portada, sus imágenes inéditas o sus curiosas recopilaciones. De hecho, en ciertos vinilos latinoamericanos se incluyeron rarezas inéditas como tomas alternativas, finales extendidos, instrumentación extra u omisión de coros que hacen de estas ediciones una auténtica joya musical.
La fascinación y pasión de Nino Bravo por América fue tal que José Luis Armenteros y Pablo Herrero, la pareja creativa detrás de muchos de sus éxitos, compusieron en su nombre una oda de amor a aquel inmenso jardín donde el aire es limpio aún bajo la suave luz de las estrellas. "América, América" se convirtió en el hit póstumo de Nino Bravo y un agradecimiento eterno del cantante a la tierra que le abrió las puertas del éxito.